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miércoles, 22 de enero de 2025

ESAS MUÑECAS


 

De pequeñita siempre me han gustado mucho

las muñecas y los peluches, pero siempre

les miraba a los ojitos porque su expresión

me transmitían muchas cosas, al menos 

era en lo que me fijaba, ya podía ser bonita

una muñeca pero si los ojitos no me convencian

ahí la dejaba.

Me acuerdo que un año cuando estaba en el

Hospital clínico, la hermana Nati, que en aquellos

años eran las monjas las que regentaban las salas

me regalo un muñeco que ella le hizo un pijama

y yo le puse el nombre de Pepito, era super lindo

y lo tuve más de 40 años, ya que significaba

mucho para mi, por toda la infancia que viví

entre batas blancas de hospital.

Y es ahora y todavía me gustan, y a veces

cuando paso por un escaparate o las veo

en las casetas de las ferias, siempre

me paro a mirarlas, cierro los ojos y me

embargan esos recuerdos de mi infancia,

aunque sea mayor, creo que la ilusión de la niñez

nunca se debe de dejar atrás y mantenerla

viva, ya que nos hace ver lo bello de la vida.


Angela Ucher Soto

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