
Quedamos la otra tarde, y yo coji el tpte publico,
y alli estabas tú esperándome, alerta, a cuando yo llegara
con tu dulce sonrisa me saludaste, y cojidos de la mano
me dijeste, ¿vienes a casa a tomar una copa?
¡sí claro, me encantaría!
y alli nos dirijimos sonriendo como dos niños.
Entramos, y una vez en el salón, me quitaste el abrigo
nos sentamos y tú me brindaste la copa
con la que hicimos un bello brindis por nuestro encuentro.
Me enseñaste tu casa, acogedora, limpia, se respiraba
mucha tranquilidad y paz, y en enorme salon
nos volvimos a sentar, me cogiste la mano,
acariciándola suavemente, mientras conversábamos amistosamente
poco a poco, la ternura se iba convirtiendo en deseo,
nos encontrábamos a gusto charlando riendo y bebiendo,
pero poco a poco nos fuimos acercando el uno al otro
y entonces esa pasion se nos apoderó rapidamente
y entre caricias, y roces, nos embargaba la pasion
ese sentimiento tan ardiente que finalmente
se desato en besos......etc......., pero fuimos conscientes
de que no podía suceder nada más, pues fue la primera cita
maravilloso encuentro, y todo lo que ocurrio en él
la atracción fue mútua, pero el destino es el encargado de juzgar
a las personas y ponerlas en el camino correcto.
Angela Ucher Soto
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