A veces, cuando veo estás imagénes
me acuerdo de mi infancia, y sobre
todo de mi yayico, cuando me llevaba
a pasear alguna tarde, y hacía con
ladrillos un banco para sentarse los dos
y me explicaba historias de sus recuerdos
y sus vivencias, algunas me daban
un poquito de miedo la verdad, pues
ya se sabe que nuestros mayores
vivian situaciones extrañas, pues él
cuando era mozo vivía en una aldea
de Cartagena (Murcia) y no habían los
adelando que ahora hay, y para comunicarse
con los aldeanos era a base de ruidos o voces
pero a mi me gustaban sus historias, aunque
la verdad pasaba miedo, ahora me doy cuenta
de ello, pero no me importaba, porque a su lado
no pasaba terror, ya que el no me soltaba la mano
y pasabamos las horas hasta que mi mami venía
a buscarnos, fueron tiempos felices para mi
por eso cuando veo estas imagenes me acuerdo
que yo tambien hacía lo mismo que estos niños
alrededor de los mayores escuchando atentamente
sus bellas historias que contaban con ese amor
y cariño y esas dulces palabras que del libro se escapaban.
Angela Ucher Soto
Derechos reservados.