
Te acuerdas mi amor,
de nuestra primera cita
en un rte. compartiendo una agradable comida
en muy buena compañia,
hablando temas del dia,
entre risas, y caricias, llego la despedida
y más tarde las llamadas, luego vino
una segunda cita, tomando un refresco
en una terracita, al aire libre, su brisa rozando mi piel
tus manos acariciando las mias, y nuestras miradas
se cruzaban en idas y venidas, nuestra ardiente pasion
en el aire se notaba, fuistes a por dos botellas de cava
y subimos a mi casa, las pusimos en el fresco
y mientras conversábamos, cuando se enfriaron
las destapamos brindando por la ocasión de dos
amigos que juntos celebraban ese momento
de magia en la que dos almas se encontraban
a gusto, hablando, riendo y como no
la pasion hizo el resto.
Desde entonces no he cesado de pensar en ti
en todo lo que sentimos, gozamos, y reimos
fueron mágicos momentos, que nunca quieres
que se terminen, pero llego la hora del adios
y con un beso nos despedimos hasta otra nueva ocasión.
Hubo un intervalo de silencio, me lance y un dia te llame
no quise molestar, pero estabas ocupado, lo cual
me supo muy mal, pero dijistes no pasa nada
me llamastes para disculparte, lo entendi,
y desde entonces me puse en silencio para no molestar
y hoy recibi la mejor llamada, la tuya,
aunque con voz de ultratumba me hizo mucha ilusion oirte
porque eres muy especial para mi, despertaste algo
que estaba dormido en mi interior,
te lo dije, pero no por ello dejo de alegrarme
por tu llamada, sé que te encuentras resfriado
pero es normal, sales sin abrigo ha correr, y como te he comentado
hay que abrigarse, a nuestra edad hay que cuidarse mucho
no somos viejos somos maduros y estamos en la mejor
etapa de la vida, muchos jóvenes quisieran a nuestra edad
estar tan vitales como nosotros, gracias mi querido amigo
por hacerme sentir tan bien, y alegre, ya que tengo motivos para ello
y tu formas parte de uno de ellos
por eso me encuentro tan jovial, con tantas ganas de vivir
de sentir, de amar, de gozar de la vida,
ya que eso es todo lo que te llevas
vienes del polvo y en polvo te conviertes.
Angela Ucher Soto
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