Era un día cualquiera, pero no para nosotros
siempre escogíamos un fin de semana
para disfrutar de lo que más nos gustaba
salir de noche, caminar por la orilla de la playa
cogidos de la mano, y charlar de todo un poco.
Más tarde, escoger un lugar donde poder
degustar una exquisita cena, pero siempre
a la orilla del mar, y hablar, de como nos ha
ido el día, reirnos sin parar, mirarnos tiernamente
y sentir ese amor y ese cariño que siempre nos
hemos tenido, pero sobre todo estar juntos.
Luego para terminar esa noche, un poco de baile
y como siempre que nos poníamos en la pista
nos dejaban solos, nos admiraban de como
bailábamos al son de los compases de la canción
y que bien que lo disfrutabamos, mirándonos,
cantando los dos, riéndonos, y al final
besándonos para terminar de culminar el baile.
Son esos días que se hacen difíciles de olvidar
y que con el tiempo siempre nos gustará de recordar.
Angela Ucher Soto
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